viernes, 26 de julio de 2013

Cubilete


Por más que te esmeres muchos días transcurren sin sorpresas. Esperas la tarde para volver a casa, el fin de semana para descansar, el fin de mes para cobrar, el fin de año para vacacionar y de vez en cuando te preguntas por que carajo el tiempo corre cada vez más rápido.
Un puñado de motivos ocupa al menos una parte de todos tus días. El combustible de tu corazón, el imbécil de turno que por una ganga complica tus días, la posibilidad de otro ataque de pánico, algún que otro proyecto con alta probabilidad de fracaso y por supuesto la arena que no deja de caer en esta mala metáfora de idéntica vida que resolviste llevar.
Pero tu decisión de rehusarte a creer en absurdas vidas en tándem y de padrinazgos celestiales con ojotas y tobillos hinchados, promovido por gente que con raya al costado besa con ojos cerrados, ama lo que aprueban y condena lo que temen, hace que las cosas sean un tanto mas crudas y pone un enfático Fin a ese día que tan poco esperas.
Simplemente te complace saber que tus inmundos hedores corporales producto de exotérmicos caprichos biológicos formarán parte del cubilete atmosférico de la vida.
En un viaje único, corto e irrepetible, lo que llamamos felicidad, puede sencillamente resultar en una vida hecha a medida de y por quien la viva.

martes, 16 de julio de 2013

Manifiesto


Llevo en mis hábitos el sabor acético de la debilidad, con glándulas salivales que se rinden eyaculando precozmente a lo incapaz de resistir, en una clara connivencia con aguerridos folículos capilares que inmersos en abstención defienden la idea de un pasado mejor.
Es entonces cuando cambio respiración por olfato, mirada por vigilia y mi vida por un rato más, mis promesas se cubren de polvo y dicto edictos que difícilmente haya de cumplir.
Pues si hay algo que aprendí hace diez minutos es que apesto a esto que soy yo.