lunes, 22 de junio de 2015

Resorte


Por cuestiones que atañen a la Física y sus tediosas normas enunciadas en forma de “Principios”, es que no podrá jamás un resorte, devolver con trabajo la energía insumida en forjar su acero.
Por suerte, a diferencia de este enrulado mecanismo, tenemos en algunas personas una verdadera situación contrincante. Los habemos testarudos, vergonzosos, diestros, friolentos, ansiosos, alérgicos, presumidos, miopes, altivos, amorosos, madrugadores, con pie plano. Y dentro de tan disímil variedad, los hay también quienes poco tienen, o que nada han recibido, y sin embargo pueden darlo todo a cambio de nada. Un fenómeno incapaz de reproducirse en el universo cartesiano de la factibilidad termodinámica. Verdaderos islotes que resisten en los dominios del furioso Poseidón de las mayores miserias humanas.
Las gentes de este mundo, incoherentes por comodidad, rompen en ocasiones con la tajancia estéril de las ciencias duras para dar lugar a emergentes emociones.
En un intento por reconocer a los hombres y mujeres, que habiendo pasado lograron dejar algo, es que remito en estas líneas mi más desapercibido reconocimiento.

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