miércoles, 14 de octubre de 2015

Pedro Pan

Durante el año 1962 se perpetuó una estafa por parte de la CIA en connivencia con la Iglesia, que tuvo como objetivo debilitar el la Revolución Cubana utilizando a niños de la isla como herramienta.
La maniobra fue denominada “Operación Peter Pan” y consistió en imprimir, distribuir y propagandear en Cuba un documento elaborado por la Agencia Central de Inteligencia en la que, foja a foja, explicaba en formato de ley como el gobierno comunista privaría de la Patria Potestad a todos los padres del país, adoctrinando a toda la franja etárea menor de 18 años.
Estados Unidos liberó el visado de menores provenientes de la isla, no así el de sus padres, y la perversidad se abrió camino.
Fue así que 14.048 niños de entre 5 y 18 años ingresaron por transcurso de dos años a EEUU. Los alojaron en diferentes centros como casas de adopción, campamentos, orfelinatos y campos agrícolas.
Para 1962 la llamada “crisis de los misiles” provocaría el cese de vuelos por parte de los EEUU, dando rienda suelta al cinismo e impidiendo que los padres vuelvan a encontrarse con sus hijos.
La vida para estos niños no fue fácil, el libre acceso a la explotación doméstica, la humillación, los vejámenes y ultrajes y las continuas violaciones físicas por parte de la doble moral estadounidense, dejó una mella que hoy, gracias al testimonio de los mismos protagonistas, es posible conocer y difundir.
Cincuenta años después los llamados “Pedro Pan” han vuelto a la isla para tratar de cerrar una etapa dañina, enaltecer su dignidad y por sobre todo, seguir adelante a pesar de la saña que el destino les propinó.
Un puñado de documentalistas ha trabajado en la “Operación Peter Pan” o “Pedro Pan”. No han sido más que eso.
Mucho sabemos de Chernobyl, Pearl Harbor, Vietcong y tiranos de nuevo siglo. Es que a todos nos han mostrado la misma película. Falta otra.
La celeridad con que los sucesos mundiales toman estado público y se instalan definitivamente, es mérito exclusivo de los países centrales a través de su propaganda hegemónica, que replicada servilmente en los suburbios del planeta, dictan la agenda y escriben la historia.