domingo, 22 de mayo de 2016

Huella hídrica

La huella hídrica es un indicador que los científicos utilizan para conocer la cantidad de agua que interviene en la elaboración de las diferentes producciones de la actividad humana.
El agua contabilizada para elaborar dicho índice es la que directa e indirectamente participa en el proceso, entonces tenemos agua utilizada en la producción primaria (agricultura, ganadería, procesos biológicos) y el agua concerniente al proceso en sí, industrial o no, como por ejemplo limpieza, refrigeración, energía, esterilización, contaminaciones, etc.
De este modo han puesto a nuestra disposición los valores que alcanzan los valores de las diferentes “huellas” correspondientes a los más diversos productos de uso cotidiano.
Producir un litro de Coca Cola demanda unos 350 litros de agua, un kilo de manzanas unos 850, un Smartphone 1.000, un jean 11.000 y un kilo de Big Mac unos 16.000 litros.
En Argentina el consumo promedio de agua por habitante y por año es similar al promedio mundial, unos 1600 metros cúbicos anuales, en EEUU cada habitante demanda 3000.
El uso de contenedores retornables o reutilizables reduce drásticamente los valores de la huella, al igual que comprar alimentos desprovistos de envoltorios o reducidos en ellos.
Pensar en combustibles producidos a partir de cultivos vegetales es un sabotaje a la naturaleza y un insulto de mal gusto que nunca logrará ser más que el pingüe negocio de quienes patrocinen fraudes de este tipo.
En este mundo prolífico y derrochón, la problemática del agua es muchísimo más seria y compleja que lo poco y nada que nos lo hacen saber.
Quizás sea porque llegado el momento, y como sucede con otras hídricas cuestiones, los primeros que se mojen las patas serán los que viven y sobreviven en los estratos más bajitos de la pirámide antropófaga.