El amor hacia los Emblemas Patrios no escapa a este
precepto, siendo la bandera el único trozo de tela capaz de derramar más sangre
de la que pueda contener.
Los fanatismos territoriales nos retrotraen a ante ayeres
cuaternarios y como sucede con otras antipatías del ramo, vulneran nuestra
especie y desnudan nuestra inteligencia.
La condición nómade del ser humano es tan natural como la de
alimentarse o asearse. El sedentarismo es el resultado de haber encontrado
condiciones favorables, producto de la migración, no su inversa.
Cada cual tiene en su botánica genealógica un historial
itinerante, y por lo tanto existe gracias a ello. Indefectiblemente.
Muy a pesar de quienes pasen su vida ideando, trazando o
ejerciendo límites, los éxodos no cesarán.
La trashumancia de las personas es un claro ejemplo de lucha
de masas, donde la energía indispensable
que la posibilita, encuentra su extracción en las mismas medidas que pretendían
su opuesto.