viernes, 23 de mayo de 2014

Liev Davídovich

El poder del Secretario General del Partido es avasallante. Nada en el mundo puede escapar a él.
Después de asumir la muerte de sus hijos, sus nietos, sus antiguos camaradas, y exiliado de su Rusia y de la Casa Azul de Rivera, el viejo Bolchevique comienza a sentir el aliento rancio de la muerte sobre su nuca, pero lejos de afligirse lo toma con alegría.
Como la única pertenencia capaz de escapar al odio desatado por el Tirano del primer país proletario de la tierra.
Orgulloso se dice: la muerte me espera y Stalin no la podrá impedir.

viernes, 16 de mayo de 2014

Crónica necrótica

A ciencia cierta no puedo afirmar que objetos como las prendas de vestir puedan sentir, pensar, desear o sufrir. Pero si puedo dejarme libre a la imaginación para calzarme el traje y la piel del rubro liderado históricamente por el cuero, la lana o el algodón y más recientemente por los poliésteres sintéticos, para de este modo percibir como No querrían terminar sus días estos nobles envoltorios.
Me refiero puntualmente al deseo de no formar parte de la mortaja de su dueño.
Hay que mencionar claro, que en la lista no se encontrarán representantes de fajina o calzado como alpargatas o botas de goma, sino vestimenta de gala o lo que más se le aproxime, por lo que en cierto modo hay algo de Justicia en esta historia.
Una vez inserto en el hoyo y dándole tiempo al tiempo, los despojos del otrora “persona en este mundo" comenzarán a experimentar una serie de modificaciones, que en la íntegra globalidad del total absoluto del universo de todos los casos, es inherente a la más inmunda porquería.
Los zapatos no han llevado una vida fácil. Han tenido que soportar durante mucho tiempo los hedores de la transpiración, que combinada en muchos casos con enfermedades fúngicas crónicas potencian y dan forma al irritable aroma pédico. Como si esto fuera poco tendrán ahora que prepararse para lo peor. El envoltorio de cuero que en la mayoría de los casos viste al quieto pié, dificulta su descomposición, ya que le confiere un ambiente anaeróbico favorable a putrefacciones incompletas y fermentaciones. La entrada de larvas carroñeras también se ve impedida y esta ausencia de mandíbulas carnívoras con su imprescindible aporte biológico, desemboca en una “momificación” del apéndice, exactamente del tobillo hacia abajo.
Subiendo la geografía del difunto llegamos rápidamente a la desembocadura de lo que alguna vez fue el aparato digestivo, por lo que nos encontramos en una zona complicada. La indumentaria que viste esta parte se verá continuamente expuesta a la liberación de fluidos de todo tipo, que por acción de gases fermentescibles se ven empujados sin encontrar, en ésta precoz etapa, otro modo de llegar al exterior. Podría agregarse a la ya conocida teoría popular de que la queratina continúa su crecimiento pos mortem, que los esfínteres tampoco detienen su infame trabajo.
La cabeza suele estar desnuda, por lo que no haré mención en esta crónica necrótica.
Sin dudas el sector de mayor actividad es el estómago.
Es en los alimentos no digeridos donde la putrefacción se inicia, la zona cero de un largo proceso. Los gusanos no respetarán la fibra de la vestimenta elegida para este sector, saliendo y entrando para volver a entrar y salir. Estos primitivos animales en un verdadero festín cárnico se multiplicarán y devorarán la carne hasta acabarla, para finalmente comerse entre ellos y luego morir de hambre, poniendo a merced de organismos inferiores el peldaño cedido en la cadena alimentaria.
No quedarán más rastros de ellos que unos huesos desencajados.
Un comportamiento fratricida que el muerto difícilmente pueda cuestionar.

martes, 13 de mayo de 2014

Fatiga

La fatiga del material
de la vuelta que invita la soledad
hace mella en el tuétano de un molar
que condenado a andar absuelto de amor
logra dormir calentito y sin apuros
detrás del tapujo de una sonrisa ortopédica.