lunes, 20 de agosto de 2012

Cita

Todo comenzó cuando me dijo que yo cantaba muy lindo.
Yo le dije que también ella era muy bien.
Acordamos en cenar juntos.
Yo nunca supe esperar.
Por suerte ella era horrorosamente puntual.
Esa noche levanté mi ánimo y mi vaso.
El primero por mí.
El segundo también.
Luego hicimos la digestión.
Le propuse llamarla en la mañana para dar un paseo corto.
-Por supuesto- contestó.
-Con el codo- sugerí.
-Con besos- concluyó.

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