jueves, 21 de marzo de 2013

Vicente

Hace tanto te llamaba, hace poco que viniste. Pura causalidad, testaruda, nihilista y cascarrabias, tan afín a tu horma paterna y antagónica al útero anfitrión.
Cromosoma chueco XY, gato y perro de Schrödinger, rendija material de Fraunhofer, Física Cuántica en su máxima expresión, pero por sobre todo, una propaladora consecuencia del amor.
Sos el chubasco que el páramo extrañaba, el que trae desorden pero paz, el que logrará enseñar antes de aprender, y a cambio yo seré tu ejemplo a medias, tu vergüenza lo menos que pueda y tu orgullo de quita y pon. Y seguramente con bastante honra.
No conozco la historia del fuego ni el secreto de la lluvia, pero te propongo un mundo incierto, sin ventajas ni favoritos, sin supremos ni herederos, sin héroes sin cicatrices.
E igual que a papá no se te negará la opción de la lapidosa mediocridad.
Ya te estamos esperando Vicente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario