viernes, 3 de junio de 2016

Drogas éticas


Estados Unidos tiene en la actualidad unos 320.000.000 de habitantes, esto da comparado con la población mundial actual, un no menospreciable 5% de susodichos.
Ahora, si contemplamos que ese 5% es el que consume el 75% de las drogas prescriptas, legales o "éticas" del planeta, entonces el razonamiento produce escalofríos.
El “sueño americano” necesita camuflar las tristezas y frustraciones como si no fueran parte de la vida. Toda angustia debe ser ahuyentada por un derroche infernal para que, a los ojos del tío Sam, pueda verse bien y ser aprobado.
Es entonces cuando la perspicacia de las compañías farmacéuticas entra en juego y aporta el guiño químico para hacer que el juego sea más fácil.
El pueblo norteamericano es tan adicto a las drogas como las farmacéuticas al dinero, lo que constituye un lindo y morboso ejemplo de pseudo comensalismo.
La estrategia es bastante sencilla: se lanza una droga al mercado y se le atribuye la cura para una veintena de síntomas que difícilmente no pueda padecer un ser humano en algún momento del día, por ejemplo: abrir la heladera todo el tiempo, mover demasiado el pié, mirar repetidamente el reloj, etc.
Entre las más consumidas se encuentran analgésicos pertenecientes al grupo de los “opiáceos”, tales como “Hidrocodona”, “Oxicodona”, “Metadona”, “Tromadol”, etc. Todas extraídas de la “leche” de la amapola al igual que su prima mala, proscripta y prohibida: la Heroína.
Cada 19 minutos en los Estados Unidos muere una persona debido al abuso de estas drogas “éticas” recetadas indiscriminadamente por sus médicos de cabecera, pudiendo en algunos casos tomar los pacientes hasta 90 píldoras diarias, que incluyen además, aspirinas, Viagra, energizantes, etc.
No hay droga de las llamadas “ilegales” capaz de alcanzar dicho poder mortuorio. Ni los accidentes de tránsito que son muchos y múltiples.
Yo si fuera una corporación farmacéutica estaría más que preocupado, ya que por una cifra diez veces menor, en Pearl Harbor, el líder de los aliados pulverizó a 150.000 japoneses de un plumazo.
No podemos finalizar el texto sin recordar que Estados Unidos es el país que más ha gastado en tener “a raya”, logrado esto o no, al narcotráfico, ya sea dentro de su país, en sus límites fronterizos o hasta en lejanos países con opulentos subsuelos minerales.
Esta es la “libertad” que como paradigma lleva a cabo el país del norte en todos los aspectos de sus diversas políticas.
Han redefinido su significación de un modo que no hay manera, al menos en mí, de escuchar esa palabra sin imaginar algo oscuro detrás de su pronunciación.

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