martes, 16 de mayo de 2017

Selección Natural



Es sabido que en términos evolutivos hemos llegado tarde a esta fiesta. En el último minuto de un largo día, dicen para graficar. De los más insólitos casos ocurrieron antes de nuestra llegada, constituyendo posiblemente el más digno esplendor del género fantástico. Y fue Darwin quien nos lo advirtió. Hubo entonces plantas con clorofila celeste, depredadores luminosos, tortugas veloces, cebras sin rayas, perros que no meaban al árbol y semillas que ofendían al vientre de los pájaros. Todos ellos quedaron en el camino. Somos seres de diseño. Lo que la naturaleza nos muestra es el producto acabado más perfecto y económico de una innumerable cantidad de prototipos que no fueron aprobados para salir del laboratorio de la vida. De toda la vasta e inimaginable gama de posibilidades que la parafernalia desoxirribonucleica y sus más que infinitas combinaciones dieron a luz, el noventa y nueve mil por ciento de los casos han sido partos vanos. Nuestra supervivencia, en este consomé de genes que vienen y van, está ligada al altruismo, la solidaridad, el cuidado del ambiente, la división del trabajo y la humanidad. Todos trabajan en equipo, las hormigas, los maizales y hasta el vapor de agua para convertirse en gota de lluvia.
La selección natural se esconde a la vuelta de la esquina.
No por mucho tiempo será más temprano que tarde.

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