domingo, 4 de marzo de 2018

Cuatro minutos

Me he fijado un tiempo, un breve lapso de él, para ser lo que me antojo
No digo que sea fácil, pero supongamos, solo me tomaré cuatro minutos
Tiempo razonable para suponer que esta soledad no será perturbada
Que mi estado de felicidad no será el más alto, pero se mantendrá estable
La presión atmosférica, la velocidad del viento y la humedad relativa no se verán modificadas
Las mejores ideas no se me caerán necesariamente en estas cuatro revoluciones del minutero
De fondo escucho el reloj que marcará los cuatro minutos sin acabar su pila
No tengo motivos para creer que la comida me dé una patada en este momento
No creo ser capaz de aventurarme en el plano de las certezas más que en estos cuatro minutos
En la paz de estos segundos nada está sujeto a grandes variaciones
Mi optimismo de madera, los niveles de azúcar, la tensión que soporta mi cinturón
No ocurrirán grandes acontecimientos en este tiempo, lo sé
Aún así disfruto este minúsculo paréntesis
Hoy un genocida se murió de viejo
Pero ni siquiera fue dentro de estos cuatro minutos
Así que nada
Estos son los cuatro minutos menos trascendentales de la historia del mundo
Solo una cosa señores
Puede que yo los siga recordando.

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