jueves, 17 de mayo de 2012

Recesividad de la belleza

La belleza no es un rasgo heredable.
A diferencia de los caracteres cualitativos como el grupo sanguíneo, la hemofilia o el apellido, la belleza, o lo que en determinada región del tiempo es considerada como tal, no tiene características capaces de ser heredadas y es por lo tanto impredecible.
Siempre considerando al mencionado adjetivo como un mero fenómeno exodérmico que el groso de la humanidad evalúa mediante superficiales análisis que flotan en las desabridas aguas de la idiota mampostería humana.
Si los bellos aspectos fueran dominantes genéticamente, la gente fea estaría en vías de de extinción sino extintos, pues la selección fenotípica continua y permanente con sus bonitos resultados sexuales dominarían el espectro humano.
Otra aseveración que vigoriza esta teoría es que los hijos de progenitores lindos suelen desentonar con sus padres. Sería fácil pensar que la “hermosura surge de la hermosura” y en este caso el planeta entero estaría pisoteado por personas con los rasgos estereotipados, pero todos sabemos que no es exactamente así.
El mundo esta dividido en mil partes y los feos son y somos buena parte de él.
Definitivamente creo que la belleza no es un rasgo heredable.
Creo que es una deformación aleatoria de la fealdad.

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