martes, 26 de junio de 2012

Galopando

He me demostrado tolerancias colosales, dignas de sádicos torneos masoquistas.
Tachos de basura con residuos sin clasificar destrozado por jubilosos perros callejeros.
Bragas de señoritas en pegajosos días de período menstrual y peligrosas susceptibilidades.
Cartero de destinatarios despechados con guardianes rabiosos en gélidas mañanas de agosto.
Lunes de abstinencia, de desengaño, de oficina, de sepelios, de inmediato posterior al feriado puente.
Noches de sudor, sed, picazón, salazón, vigilia, soledad, reclusión, desánimo, martirio, defunción.
Pese a todo aquí estoy, demostrando que no ha sido necesaria la confesión para eludir tan mayúsculos padecimientos.
Pero si de algo padezco debilidad es del temor de caer en la mediocridad de no tener vida propia.
De interpretar, actuar, copiar, calcar, plagiar, fotocopiar, forzar, envidiar, emular e inclusive disimular.
Sin más deseo que soñar con que por la noche sueñe en una mañana que me permita seguir soñando, seguiré batallando brioso cual mongol, en las ancas de mi caballo de naipe español marcado.
Su cansancio será mi final.

1 comentario: