sábado, 21 de abril de 2012

Apósitos

Dicen que hasta el río más largo, voluminoso y torrentoso no tarda más de tres semanas en renovar hasta su última gota.
Como es de entender entonces, que un corazón averiado puede considerar a este tiempo como una burla sanitaria a pesar del insignificante hemo-caudal que hay a su cargo.
El corazón carga un afecto que necesariamente debe ser entregado en tiempo y forma, cuando por alguna cuestión dicho expendio no se lleva a cabo, entonces se pierde ese calor, pues el amor es un producto altamente perecedero.
Pero la vida sabe cosas que nosotros ignoramos, y en un enjambre de crisis, desengaños, pérdidas y fracturas expuestas en la conciencia, nos regala lo impensado.
Pura timba nomás.
Apósitos que nada tienen que ver con la industria farmacéutica.
Y así es que cuando la vi reconocí al instante varias coincidencias gesticulares y faciales con su molde paterno.
Luego de familiarizarme un buen rato con su rostro y con su ángel fui perdiendo esa sensación de similitud.
No volví a sentirla nunca más.
Luego de un buen rato, me levantó la mirada y me sonrió.

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