lunes, 23 de abril de 2012

Un reclamo no invasivo

Sobresaltado de heteropesadillas empecé mi día. Desayunando las homohipocresías de cada día acicalé mi cuerpo con un homoritual que transcurrió en el pequeño habitáculo que tengo por baño. Mirando reflejar mi homorostro en el espejo, pensaba en las heterocosas que dificultarían mi día. Ya en el medio día y no dispuesto a un revuelto de heterovegetales, me decidí por el reino animal. Ya es la noche, y, conciente de un país que tropieza con homoideas, con un senado colmado de heterointereses, deseo fervientemente que los seres humanos del mismo sexo, con su mas que justo reclamo no invasivo, tengan el derecho mas legítimo, el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo.

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