sábado, 21 de abril de 2012

Libia




Barack Hussein Obama, propietario inimputable del pacifico galardón que Estocolmo le otorgara ha decidido una vez más bombardear los suburbios del mundo.

Cuando el cielo sea moteado por el descartable recurso letal que representan los misiles, habrá ocurrido una vez más un absurdo asesinato en manos de un despótico estado sicario.

El efímero abdomen lustroso de estos proyectiles arrasará con buena parte de este descarriado pueblo con el consentimiento lacayo de las Naciones Unidas.

¿Acaso guarda relación el retroactivo sexo bucal de la becaria hacia el ex presidente con la bélica decisión de la secretaria de estado? De ser así deberíamos tratar de ser más fieles.

Decididamente prefiero las antiguas batallas de móvil pasional.

-No lo vamos a permitir!- Afirmó el actual emperador, miembro de una minoría segregada históricamente con epicentro en el país que gobierna.

Aniquile Obama, usted es incapaz de sorprenderme por estos días.

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